martes

UNA TALLA MENOS

Me compré hace unos meses un vestido para una boda. Lo elegí negro porque dicen que el blanco para una boda no es lo correcto...mi abuela dice que yo si quiero me puedo poner un traje blanco con cola, diadema de brillantes y ramo de flores que ni por esas me confundirían con la novia.....
!!Vieja chocha!!!

Ese día, al salir de compras, estaba yo como muy optimista, así que hice lo que todas hemos estado tentadas de hacer alguna vez:
¡!!!!Me compré un vestido de una talla menos!!!!!

Y es que está comprobado…cuando una decide ir a comprar ropa, tiene que estar en un momento idóneo, ni eufórica, ni en plan “me compro un saco y le hago un agujero para sacar la cabeza”.

Y a mi, mire usté por donde, me cogió en un momento de“que mona, que estupenda estoy, en un mes me meto en una treintayocho,… porque si,…porque yo lo valgo”.

Así que entré en la tienda y con toda mi jeta (y con todo mi culo) le dije a la chica….”uno como el del escaparate, en negro y de la talla 38”…y claro, la tía se me queda mirando en plan “vale si y ¿qué te traigo para la otra pierna, ....!jamona!?”…

!Pues no señor, que voy a meter en ese puto traje mis dos piernas, mis tetas, mi barriga y si hay suerte y la dieta va bien puede que hasta me entre el culo...!

Y claro, después de dos meses del tan famoso y archiconocido, “el lunes me pongo a dieta”, llegó el momento de ponerme el vestido...

Ya en la percha yo lo veía pequeñito, lo veía poquita cosa, pero bueno…podía ser un efecto óptico...la luz...!quién sabe!!

Luego llegó el momento de colocarme el vestidito…
La sensación era como si de pronto, yo estuviera empapada de agua mezclada con pegamento y el vestido se hubiera convertido en puro caucho…y ni pa´tras ni palante…

Yo esa mañana había ido a la peluquería a hacerme un peinado mono…así que allí estaba yo, intentando enfundarme un traje que se había quedado atascado entre mis tetas y mi cintura, que no iba ni pa´rriba ni pa´bajo…además, al mismo tiempo hacía todo lo posible por no despeinarme y, ¡como no!, tenía que evitar, por todos los medios manchar el traje de desodorante.
¿Habéis visto alguna vez al Dr. Banner, convirtiéndose en el Increible Hulk…esos espasmos que hacía y como se contoneaba...? Pues yo igual, solo que en vez de verde me iba poniendo cada vez mas colorá...y más colorá....y el vestido, que supuestamente llegaba hasta los tobillos…no era más que un trozo de tela enrollado justo a la altura en donde los pulmones toman aire para respirar (fijaté tu que casualidad)…y la cosa esa ahí enganchada….y yo para un lado de la habitación (!ayquéagobio ayquéagobio!)....y yo para el otro lado de la habitación (!ayquéagobio ayquéagobio!)…Ahora en vez de ponermelo, intentaba por todos los medios deshacerme de él, con lo cual el vestido me tapaba la cabeza…no veía nada…a la mierda el peinado…a la mierda el vestido…estoy sudando como un cerdo y esto no sale de ninguna de las maneras!

"ABUELAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!...!ABUELAAAAAAAAAAAAAAA AYÚDEMEEEEEE!

Y llega la tía penca al dormitorio y me ve allí en ese plan, con el traje atascado entre los hombros y los codos, con los brazos en alto...sin poder moverme...agotada…”!Abuela, por favor..ayúdeme!”

“…Uy Ardy…que mono te queda...mucho mejor que aquel traje rojo con el que se te veía toda la cara… este mucho mejor, eh….pero que muchísimo mejor”


Así que para la boda me puse el consabido pantalón negro de toda la vida, camisa amplia para darle una tregua a los pulmones y como toque original un tocado en la cabeza estilo afro, color negro y de una talla 38… 

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